Descubre cómo prácticas sostenibles pueden mejorar la rentabilidad empresarial. Reduce desperdicio, optimiza procesos y crea alianzas estratégicas.

Anualmente, a nivel mundial, se generan 1.3 mil millones de toneladas de desperdicio sólido; y para 2025 esta cifra habrá alcanzado las 2.2 mil millones de toneladas, de acuerdo con datos publicados por el Banco mundial. Como emprendedores y empresarios, ignorar nuestro papel dentro de este panorama ambiental es una irresponsabilidad.

Como empresas tenemos el desafío pero también la obligación de ser más eficientes y sostenibles, sin importar nuestro giro. Además, reducir el desperdicio y controlar el consumo no solo representa un beneficio para el medio ambiente, sino que también conduce a una mayor rentabilidad.

Los programas de sostenibilidad no solo están fuertemente correlacionados con un buen rendimiento financiero, sino que también juegan un papel en su creación”, publica la consultora McKinsey en su estudio Profits with purpose: How organizing for sustainability can benefit the bottom line. “A nivel mundial, se invierten más de 13 mil millones de dólares en activos bajo gestiones que incorporan métricas ambientales, sociales y de gobernanza”, agrega el estudio.

De acuerdo con un estudio realizado por la Fundación Ellen MacArthur, los residuos en la cadena de suministro representan costos anuales de 1.3 mil millones de dólares en la economía de Estados Unidos. Una manera efectiva de reducir desperdicios viene desde la planeación y ejecución de los procesos operativos y la cadena de suministros. Implementar cambios en nuestra propia operación puede incluir desde mejorar la logística para reducir el transporte hasta digitalizar ciertas operaciones para minimizar el uso de papel.

Para actuar, primero hay que conocer, por lo que el primer paso hacia prácticas más sustentables consiste en identificar los recursos que utiliza tu empresa. Esto incluye energía, agua, materiales y cualquier otro insumo. Una vez determinado esto, es posible identificar áreas donde se produce desperdicio y establecer metas claras para reducirlo. La planificación es fundamental para implementar cambios efectivos.

También es importante crear alianzas con proveedores cuyos procesos se enfocan en la reducción de desperdicios y nos ayudan a ser eficientes en áreas donde no sabíamos que podíamos reducir nuestro consumo. “La alianza beneficia a ambas partes al permitir que socios no convencionales (por ejemplo, dos empresas de dos industrias diferentes) trabajen juntos en un aspecto específico de la cadena de valor”, publica Mark Esposito, profesor de economía en la Hult International Business School, para Harvard Business Review.

Por último, siempre me parece básico compartir la cultura de sustentabilidad con todo el equipo en la empresa. La capacitación y concienciación sobre prácticas sostenibles pueden hacer una gran diferencia. Incentivar la participación de los colaboradores en iniciativas ecológicas y celebrar los logros en esta área puede fomentar una cultura de responsabilidad ambiental en todos los niveles.

Y si ya se implementan iniciativas de sostenibilidad, no hay que olvidar medir su impacto para hacer ajustes y mejoras continuas. Aquí es importante tomar en cuenta que las iniciativas de sostenibilidad pueden ser difíciles de medir para las empresas ya que los ahorros o retornos de inversión pueden distribuirse en diferentes áreas del negocio, y algunos beneficios, como una mejor reputación ante el consumidor y los inversionistas, son indirecto.

Al reducir el desperdicio y controlar el consumo, las empresas no solo ahorran costos, sino que también se posicionan como líderes responsables en un mercado cada vez más consciente del impacto ambiental.

Alejandra Ríos Spinola, ha establecido su presencia en el mundo empresarial. Desde 2019, se desempeña como CEO de Ambrosía, una empresa que engloba diversos sectores como la gastronomía y la creación culinaria. también se destaca como inversora y emprendedora.

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